septiembre 9, 2024

Historias de Citas Inolvidables

Por admin

Las expectativas a la hora de coordinar una cita con una chica o chico siempre están por encima de nuestras posibilidades, siempre nos imaginamos un idilio de fantasías donde todos los eventos se sincronizan para lograr respuestas más acertadas, sabemos que decir, cuando actuar y siempre nuestra cita está llena de besos y tratos cariñosos, pero cuando estamos en el sitio, nuestras expectativas pueden cambiar.

No siempre logramos conectar con esa persona que estamos conociendo y muchas veces logramos conectar con el lado amigable y no con el lado sensual de nuestra cita, por lo que creamos este espacio creamos un enfoque centrado en las citas inolvidables que nuestros lectores y amigos nos comentan, esperamos que puedas lograr la conexión que buscas en tus próximas relaciones.

Relatos de primeras citas inolvidables

Historia 1: La cita inesperada que terminó en un lugar prohibido

Contexto:

Hace unos años salí con un grupo de amigos de un familiar, era una onda agradable, mucha amistad y respeto, pues las personas involucradas en la cita eran amigos del colegio de mi primo, en el encuentro había 3 hombres, donde estaba yo, mi primo y un amigo y 3 mujeres, todos estudiaron en el mismo colegio, por lo que solo se respiraba un ambiente de amistad, aunque en el proceso tenía sospecha de que a mi primo le gustaba una de ellas, pero dejando de lado, siempre estuvo ese ambiente tranquilo.

La cita se hizo en un lugar nocturno de la ciudad, era una discoteca muy famosa, amplia y con gran variedad de espacios, llegamos al sitio, yo como era el mayor del grupo tenía auto propio, pro lo que me encargué de la búsqueda y traslado, llegamos al sitio y aunque ya me habían dicho el nombre de las chicas, fue hasta que detuve el auto que tuve oportunidad de interactuar un poco más con ellas, coordinamos la entrada y listo, ya en el sitio con bebidas en manos comenzamos a bailar mientras escuchábamos música y e intercambiábamos fotos.

Yo era el más externo al grupo y era destacado que aunque no había esa intensión de conectar como pareja por ninguno de los involucrados, en ese momento la selección natural hizo su trabajo, por lo que en cierta forma, mi primo estaba anclado a la chica que le gustaba, su amigo estaba con otra con quien sin dudas, había mucha conexión y yo por mi parte me tocó compartir la pista de baila con la que según mi primo, no tenía tanta conexión con ellos, pero si tenía mucha amistad con las otras dos chicas.

Clímax:
La fiesta se anima, el DJ pone música de ambiente y comenzamos a tomar, luego de unos minutos, la música se hace más conocido por el grupo, por lo que cada uno toma de la mano a su pareja y comienzan a bailar y yo no me quedo atrás y con un cruce de mirada le tiendo mi mano a su amiga, quien al principio hace un gesto tímido, pero luego con una sonrisa me sigue hasta la pista de baile.

El cruce de información ya no pasaba por las palabras, solo eran miradas, gestos y movimientos, era música juvenil y yo era el más maduro del grupo, pero tampoco era tan mayor, por lo que fácilmente me pude adaptar al baile, luego comenzaron a escucharse merengue y salsa, algo en lo que destaco, pero para mi sorpresa, a mi pareja de baile le encantaba, por lo que, sin darme cuenta, logré esa conexión que desde el momento en que la vi, estaba deseando.

El lugar era el idóneo para disfrutar, era un sitio muy conocido de la ciudad de Santiago, yo en el pasado iba hasta el lugar a buscar compañía de mujeres escorts porque entre el ambiente erótico, la buena música y la disponibilidad de solteros, siempre había damas de compañía que sabían que podían conocer hombres disponibles para contratar sus servicios.

Antes de entrar en esta relación yo frecuentaba sitios como estos, había un sitio de escorts en San Miguel, una comuna al sur de Chile donde entrabas en un pub que servía bebidas mientras otras chicas bailaban y podía conocer a una que otra dama para ligar, pero luego de conocer a Javiera, terminé anclado y desconectado de ese mundillo de fiestas y relaciones banales.

Desenlace:

La noche concluyó en el asiento de atrás de mi auto, nos dimos besos y casi terminamos teniendo sexo, pero me contuve un poco, pues no quería que esa noche sea considerada como una noche en la que la influencia del alcohol la llevó a tener sexo con un desconocido, quería conocerla un poco más y así comenzó una relación que duró meses, creo que fue una de las mejores para mí, mucha pasión, mucha emoción, que solo la distancia pudo frenar y quizás ese freno sea solo por un tiempo, pero antes de llegar al desenlace, vemos que nos llevó hasta mi auto.

Esa conexión se concretó, mis ojos se conectaron a los suyos y la proximidad de su cuerpo se hizo más corta, la tomé entre brazos y pude mi mejilla unida a la suya, era divina, podía sentir el dulce olor de su perfume y sentir su respiración casi excitada mientras bailaba, a ambos nos sudaban las manos y su pecho estaba al roce con el mío, pues en ese momento nuestros cuerpos estaban casi fusionados en uno solo, ombligo con ombligo, mis brazos alrededor de su cuerpo y los suyos sobre mis hombros, una de mis piernas se colocaba en algunos pasos debajo de las suyas, casi como si estuviese sentada en ella y ella lo disfrutaba, movía sus caderas de forma apasionada y sentía su respiración cálida y excitada sobre mi cuello y hombro.

Por un momento sentí la mirada de nuestros amigos, mi primo me observaba sorprendido y con su mano me hacía gestos de aprobación, por un momento todos nos observaban y uno de ellos nos dijo que podíamos ir a buscar más bebidas, pero las bebidas no llegaron hasta dentro de unas horas, pues muy cerca del bar, estaba la salidas, por lo que luego de tomar 2 copas, le invité a toma un poco de aire fresco y ella respondió con una mirada pícara, vamos al auto, abrimos los vidrios y nos sentamos a conversar un poco.

La conversación fue corta, pues la primera frase que salió de mi mente fue, me gustas mucho y ella respondió con un beso al roce de mis labios y en cuestión de segundos terminamos besándonos por el resto de la noche, no tuvimos sexo, incluso no teníamos condones para hacerlo, pero disfrutamos muchos, hubo muchos contactos y chupaditas de pechos, todo se valía, le toqué en sus partes íntimas y se sentía mojadita, pero un gesto hizo que terminemos retornando, pues de seguir así podíamos tentar al destino y era muy pronto para hacerlo.

Al final de la historia nos detuvimos y esperamos un poco más, pero al día siguiente ya teníamos coordinada otra salida grupal, hasta la tercera cita en la que nuestras salidas se convirtieron en salidas de pareja que duraron así por meses.